8/19/2013

El proyecto Yasuní siempre fue un asunto de ética política.


Por: Fernanda Solíz.

¿Y nos siguen pidiendo razones para no explotar el Yasuní?

Y nos interpelan a los ecologistas, a los indígenas, a los ciudadanos en resistencia… nos preguntan ¿qué hemos hecho?.... Nosotros les preguntamos a los burócratas, a los que son cuotas políticas cuidadosamente medidas, a los que son parte de un Estado que creció para garantizar, no la soberanía de los intereses nacionales, sino el mantenimiento del partido político… A ellos les preguntamos ¿cómo se siente tener la conciencia y la ideología encadenadas? …. ¿Cómo se siente?

Porque al final, no somos quienes llegan en camionetas del partido, o del gobierno, o del Estado… no somos quienes flamean banderas verdes pero no saben qué gritar…. No somos quienes asisten con el mensaje único de opacar la resistencia y de medir fuerzas…

Nosotros, seguimos y seguiremos en la militancia comprometida, llevando con ternura la resistencia. Seguimos y seguiremos con nuestros hijos, viajando por cada selva y cordillera, acompañando cada historia de violación de derechos humanos, permeándonos de indignación por lo que sucede más allá de la burbuja mediática…

Seguiremos con el activismo firme, con las palabras fuertes de denuncia, sin temor, sin ataduras, seguiremos revelando la realidad otra, esa de territorios en los que el Estado cedió su espacio a las multinacionales de turno.

Porque al final, nunca se necesitaron razones ni compensaciones económicas… El primer gran error, fue traducir el Yasuní a bonos y convertirlo en mercancía de canje… El proyecto Yasuní siempre fue un asunto de ética política… de coherencia discursiva, de soberanía de los pueblos…. Éste, era el primer paso al Buen Vivir, al no desarrollo, al anticapitalismo…

Pero acá, todo gira en torno al fortalecimiento y mantenimiento de una agenda política partidaria… no importa el Ecuador en tanto Estado, en tanto pueblo…. Sólo importa el partido político y su permanencia….
Por eso, les pregunto yo, ¿qué se siente?, ¿qué se siente vender la conciencia?.

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