Por: Fernanda Solíz.
¿Y
nos siguen pidiendo razones para no explotar el Yasuní?
Y
nos interpelan a los ecologistas, a los indígenas, a los ciudadanos en
resistencia… nos preguntan ¿qué hemos hecho?.... Nosotros les preguntamos a los
burócratas, a los que son cuotas políticas cuidadosamente medidas, a los que
son parte de un Estado que creció para garantizar, no la soberanía de los
intereses nacionales, sino el mantenimiento del partido político… A ellos les
preguntamos ¿cómo se siente tener la conciencia y la ideología encadenadas? ….
¿Cómo se siente?
Porque
al final, no somos quienes llegan en camionetas del partido, o del gobierno, o
del Estado… no somos quienes flamean banderas verdes pero no saben qué gritar….
No somos quienes asisten con el mensaje único de opacar la resistencia y de
medir fuerzas…
Nosotros,
seguimos y seguiremos en la militancia comprometida, llevando con ternura la
resistencia. Seguimos y seguiremos con nuestros hijos, viajando por cada selva
y cordillera, acompañando cada historia de violación de derechos humanos,
permeándonos de indignación por lo que sucede más allá de la burbuja mediática…
Seguiremos
con el activismo firme, con las palabras fuertes de denuncia, sin temor, sin
ataduras, seguiremos revelando la realidad otra, esa de territorios en los que
el Estado cedió su espacio a las multinacionales de turno.
Porque
al final, nunca se necesitaron razones ni compensaciones económicas… El primer
gran error, fue traducir el Yasuní a bonos y convertirlo en mercancía de canje…
El proyecto Yasuní siempre fue un asunto de ética política… de coherencia
discursiva, de soberanía de los pueblos…. Éste, era el primer paso al Buen
Vivir, al no desarrollo, al anticapitalismo…
Pero
acá, todo gira en torno al fortalecimiento y mantenimiento de una agenda
política partidaria… no importa el Ecuador en tanto Estado, en tanto pueblo…. Sólo
importa el partido político y su permanencia….
Por
eso, les pregunto yo, ¿qué se siente?, ¿qué se siente vender la conciencia?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario