Esta oración fue hecha en la mañana del 30 de enero de 1948; luego, a las 05:15 de la tarde de ese mismo día, murió asesinado, repitiendo: ¡¡Hei Rama!! ¡¡Oh Dios!!
Una prueba de la lucha de Gandhi y su búsqueda de Dios está en estas últimas palabras Esto se interpreta como un signo de su espiritualidad, así como su idealismo en la búsqueda de la paz en su país.