4/05/2010

A China no le gustan los medios de comunicación.

Las autoridades chinas siguen trabando duro para levantar una gran muralla censora en torno a las voces que están en desacuerdo con el punto de vista oficial, según Reporteros sin Fronteras. Los últimos ejemplos, la campaña llevada a cabo contra una joven conocida como ‘hermana Furong’ que colgaba provocativas fotos y textos en Internet, o las interferencias provocadas en emisoras de radio incómodas usando tecnología francesa.

La censura en China se ha reforzado desde la llegada de Hu Jintao al poder, ante el miedo de perder el control sobre una sociedad que pasa por momentos de agitados cambios, según un experto extranjero que lleva varios años trabajando para los medios de comunicación del país. Reporteros sin Fronteras (RSF) asegura que "Pekín está reforzando su control sobre las ondas e internet. Los oyentes y los usuarios de la red sólo tienen derecho a recibir noticias e informaciones controladas por el Gobierno".

El Gobierno chino ha intentado pero ha tenido problemas para ampliar su férreo control de los medios domésticos a Internet, un medio en auge, que se prevé que tenga a final de año unos 20 millones de usuarios, el segundo del mundo solo por detrás de Estados Unidos. Ante el temor de que la Red se convierta en un semillero para la rebelión, Pekín ha reforzado el control y la censura, obligando desde este año a todas las páginas web a registrarse oficialmente y facilitar la identidad completa de sus responsables.

Por estas y otras medidas RSF afirma que "China es la mayor prisión del mundo para los periodistas, los ciberdisidentes y los internautas, que a menudo tienen que enfrentarse a penas de cárcel por pronunciarse sobre el estado de las libertades y el respeto a las minorías", recogía el texto. El Gobierno de este país mantiene encarcelados a 62 disidentes por hacer circular información y artículos críticos con las autoridades a través de Internet.

Sound of Hope’ es una emisora de radio de San Francisco que emitía cuatro horas al día noticias y programas culturales destinadas al público chino. Recientemente ha sufrido interferencias en muchas ciudades del gigante asiático desde junio y su programación es sustituida por música o por los contenidos de la radio estatal.

Las interrupciones, según RSF, son posibles gracias a los equipos suministrados por la firma francesa Thales al Gobierno chino, cada vez más capacitado para bloquear emisiones en onda corta de estaciones en Europa y Asia central. Similares interrupciones fueron registradas en octubre por ‘Voice of Tibet’, con sede e Noruega, el servicio internacional de la BBC, ‘Voice of America’ y ‘Radio Free Asia’.

Por: Agencias / El País. 23-8-2005 (fragmentos)

CONTRA EL EJE ANTI MEDIOS

Por Jorge Fontevecchia.

Aprovechando su viaje a la Argentina para participar de la 65ª reunión anual de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa), que comenzó anteayer y termina pasado mañana, vinieron a PERFIL las autoridades del principal diario de Ecuador, El Comercio, de Quito, en búsqueda de ideas para defenderse de las presiones que el gobierno de Rafael Correa ejerce sobre la prensa de su país y especialmente sobre ese diario, el mayor de Ecuador.

Hay similitudes entre Correa y el matrimonio Kirchner en su relación con la prensa: hoy en Ecuador se debate una nueva ley de medios, se aprobó una norma electoral que restringe la publicidad política y se está organizando el sindicato de vendedores de diarios y revistas de forma funcional al gobierno. En el caso de El Comercio, se agrega una similitud entre su propietaria, Guadalupe Mantilla de Acquaviva, y la dueña de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, porque ambas son de la misma generación, enviudaron y recibieron el diario como parte de la herencia de sus maridos.

“Dado que la oposición está muy reducida, el blanco predilecto de Correa en todos sus discursos es la prensa. Para él hay que destruir las corporaciones como los empresarios, la banca o la partidocracia, y considera a los medios el espacio de representación de esa ideología a vencer”, me dijo uno de los directivos de El Comercio.

Como en Ecuador la publicidad oficial se convirtió en una herramienta de dominación con la que el gobierno premia a adictos y castiga a críticos, El Comercio está especialmente interesado en estudiar el amparo judicial que en 2006 interpuso PERFIL, con fallo favorable de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, además del fideicomiso en contra de la discriminación con la publicidad oficial lanzado el mismo año.

Paralelismos. El total de la publicidad en todos los medios de Ecuador era de 250 millones de dólares anuales (en Argentina es seis veces más para un producto bruto también seis veces mayor). Y Correa la hizo crecer de golpe a 300 millones de dólares, multiplicando la publicidad oficial varias veces. Esto generó que muchos medios se acostumbraran a vivir con una especie de subsidio que inicialmente facilitó su existencia, pero los hizo dependientes porque, mientras esos ingresos se repetían, sus empresas se acomodaron a un nivel de gastos que las haría inviables si desapareciera la publicidad oficial o volviera a los niveles previos a la asunción de Correa.

El relato de los directivos de El Comercio sobre este proceso de la prensa ecuatoriana no es distinto a lo que ha sucedido en la Argentina. En nuestro país, todos los medios tradicionales –diarios, revistas, radios y canales de televisión abierta– vienen soportando la misma crisis mundial de reducción de la publicidad y audiencias porque la aparición de nuevos medios de comunicación (Internet, televisión por cable o proliferación de radios FM) canibaliza parte de la audiencia o de la publicidad de los medios tradicionales. Y la publicidad oficial ha venido siendo el sostén que permitió disimular ese declive.

El diario Página/12 es el más conocido ejemplo: la publicidad oficial representa más del 70% de todas sus ventas de publicidad y más del 50% de sus ingresos totales considerando lo que pagan los lectores por el precio de tapa de cada ejemplar. Una empresa, en el mejor de los casos, podría obtener una ganancia del 15% de sus ventas y si le desapareciera el 50% de sus ingresos sin bajarle los costos (la publicidad oficial ocupa de dos a tres páginas diarias del periódico, que ya no puede tener menos páginas de las que tiene), pasaría a tener pérdidas totales equivalentes a más del 30% de sus ventas actuales. Y si la publicidad oficial se redujera a los promedios históricos normales pre Kirchner, la cuarta parte de la actual, igual Página/12 tendría resultados negativos mayores al 20% de sus ventas actuales; o sea, se haría inviable sin una fortísima reducción de costos.

El ejemplo de Página/12 es apenas uno entre –literalmente– centenas que se dan en el interior del país con radios, canales de TV y publicaciones.

Mientras los directivos de El Comercio exponían su tesis sobre que la política anti medios que se despliega en Ecuador es hija del modelo venezolano de Chávez con ramificaciones también en Argentina, incorporé a la conversación una mirada más económica y fáctica que ideológica: estos aumentos de la publicidad oficial fueron posibles por el crecimiento del valor de las materias primas, que generó superávits fiscales prácticamente a todos los gobiernos de América latina. Sólo se puede hacer intervencionismo si el Estado cuenta con recursos. El problema es luego para qué los usa.

Una forma de usarlos es para “la guerra del opio”. Los occidentales, y especialmente Inglaterra, utilizaron el opio como una potente arma económica para dominar a China durante parte del siglo XIX. Los lugares donde se fumaba opio se llamaban adormideras, buena metáfora para la prensa porque lo que muchos gobiernos desearían que sucediese con los medios es adormecerlos. Menos institucionalmente que en Oriente, pero en Latinoamérica y con otro tipo de drogas, los dealers también la promovieron primero gratis o a bajísimo costo, para crear dependencia, y luego usaron la necesidad del otro como un instrumento de dominación.

Karl Marx utilizó la figura del opio como adormecimiento de la conciencia cuando dijo: “La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo descorazonado, tal como lo es el espíritu de una situación sin espíritu. Es el opio del pueblo”.

La publicidad oficial sin controles ni medida puede ser el opio del periodismo.