¿Basta con tener un blog para autodenominarse
bloguero? ¿Los blogueros pertenecen a una ‘aristocracia’, un nivel diferente al
de los columnistas y al de los opinadores? Las preguntas sirven para
reflexionar sobre lo que hacemos y dejamos de hacer; para ver si solo nos
miramos el ombligo e incluso para saber qué tanta trascendencia podemos o no
llegar a tener.
Tres blogs colombianos
han estado indagando alrededor de estas cuestiones en las últimas semanas. El netcast
Blogotemático.info) –realizado por el grupo Hipermedial conformado por
Jorge Montoya (Fábrica de Cosas), Medea (Medea Material), Galo (Crítica
Destructiva) y Velvet (Piso Tres) – realizó uno de sus acostumbrados buenos
programas en el que expuso la pregunta de si en Colombia hay ‘blogstar’ :
Patton nos dio una cátedra sobre el futuro de los blogs en medio de los que
replican contenidos y los que “hacen la tarea”, y hace unas horas, Mauricio
Duque Arrubla, autor de En medio del ruido, recogió la pregunta con la que se
titula el post de hoy.
Es una pregunta inquietante esa de si escribir
cualquier tontería hace al autor de esa ‘blasfemia digital’ un bloguero y si
por el contrario se trata de un título que va más allá de abrir un blog en
alguna de las plataformas gratuitas. ¿Ser bloguero es una condición que se gana
únicamente después de escribir posts trascendentales?.
Aceptando que es una pregunta que puede ser muy
compleja, mi primera impresión es posible que irrite a algunos colegas
blogueros pro cuanto invita a que nos bajemos de ese pedestal: Sí, bloguero es
potencialmente todo el que abra un blog con el ánimo de expresarse libremente
sobre lo que le antoje, le guste y hasta sobre lo que le enoje. De eso se trata
este magnífico medio, de que miles, millones de nosotros con disímiles
competencias narrativas podamos contar lo que queramos.
Esta semana una colega bloguera me comentaba que
“temía aguarme la fiesta”, pero que la foto que publiqué sobre el incendio en
los cerros de Bogotá desde el Parque Nacional había sido tomada por miles de
ciudadanos en las mismas horas. Mi respuesta fue que antes que desilusionarme,
me alegraba más que esos miles de ciudadanos tuviesen ahora los instrumentos
para contar fragmentos mínimos, casi fractales de la realidad. Los atentados en
el metro de Londres en 2005 fueron capturados en tiempo real por centenares de
ciudadanos gracias a sus dispositivos móviles. Las posibilidades son inmensas.
Para ser justos con todos los que se queman las
pestañas para llegar a hacer esos magníficos posts que admiramos por el trabajo
sesudo e ingenioso que se ve en esos trabajos, una primera y obvia taxonomía
podría proponer un juicio axiológico: Hay blogs buenos y otros no tanto. Los
blogs buenos serían aquellos que en una línea de tiempo proponen una coherente
secuencia de posts que dependiendo de nuestro criterio, llegamos a considerar
buenos. Aún así, los buenos blogs tienen posts que nos resultan decepcionantes
o solo son un registro banal de acontecimientos que ya han sido contados por
otros. Por supuesto, los blogs que no son buenos simplemente son carencias
frente a los otros blogs de la clasificación.
Aún así quedan entonces las dudas sobre lo que es
un buen post. Esa es más difícil porque la calificación que damos como lectores
dependerá de una respuesta que siempre operará en el receptor: el complejo
concepto de satisfacción. La satisfacción, sin acudir a diccionarios, consiste
en qué tanto vemos compensación sobre la expectativa generada. En otras
palabras, el grado de satisfacción dependerá de lo que estemos esperando. Un
turista habitual de hoteles 5 estrellas probablemente no estará tan satisfecho
cuando tenga que hospedarse en un hotel de 3 estrellas; así, una persona que
con dificultad logra ahorrar una discreta cantidad de dinero y que le alcanza
para llegar a ese hotel de 3 estrellas podría sentirse plenamente satisfecho al
haber gozado las mejores vacaciones de su vida.
A menudo decimos que el relato de la cotidianidad
mundana de un ser mundano no puede llegar a ser material de un buen post. Y
probablemente así es, pero las formas de contar son las que revolucionan la
intrascendencia y así son capaces de mostrarnos pequeñas obras de arte dentro
del humor, la crítica y el sarcasmo. No hay temas malos, sino malos contadores
de esas historias.
Por supuesto después de la explosión de blogs,
viene la eclosión. Anoche lo comentábamos en un improvisado encuentro bloguero
durante la ceremonia del Premio Colombia en Línea cuando nos vimos con
Marsares, Julián Ortega, Rafael XII, Juglar del Zipa, Carlos Sanabria, Germán
Quimbayo y Mornatur: La gente se va a quedar con los buenos blogs y va a
desechar a muchos de los que hoy existen.
Como vieron este post se convirtió en una lista
grande de “preguntas al aire”. Los invito a que respondan aquí si quieren, pero
más a que lo hagamos en el post de Mauricio, en el netcast de Blogotemático.info
y en el post de Patton. La conversación es valiosa que se dé, no importa el
dónde.
Tomado de: http://victorsolano.com/2007/10/05/%C2%BFque-es-ser-bloguero/
Tomado de: http://victorsolano.com/2007/10/05/%C2%BFque-es-ser-bloguero/
No hay comentarios:
Publicar un comentario