8/12/2009

Mentirosito.


Lo peor en la corrupción es la impunidad desde el poder. Se evidencia cuando el Presidente dice no saber los actos de corrupción de su gobierno.

Por León Roldós.

Una maestra de escuela, compañera de trabajo, no tachaba de mentirosos a sus alumnos sino de “mentirositos”. La explicación era no ofender, pensando que el pillado en la mentira quizás no sabía que estaba mintiendo o prefería esperar de aquel un propósito de enmienda.

Recordé la anécdota cuando escuché el 10 de agosto al Presidente: “El único caso de corrupción en las altas esferas fue investigado y denunciado por nosotros mismos”. Los medios de comunicación suponen que se refirió al ex – Ministro de Deportes, Raúl Carrión, que meses antes de las denuncias públicas se autocalificaba de “dueño del circo”.

Luego, expresó que sancionará “los abusos, la corrupción y hasta las indelicadezas, independientemente de quién las cometa y del dolor personal que me pueda causar”, en alusión a su hermano Fabricio Correa. A propósito, ¿en qué nicho lo encasilla: abuso, corrupción o solo indelicadeza?, porque si es solo indelicadeza, esa no es causa legal para la terminación unilateral de los contratos de las empresas a él vinculadas, lo que ratificaría que la orden imperial de tal terminación no pasa de ser un sainete.

¿Y los otros contratos ilícitos, desde la simulación hasta los calificables bajo figuras de delitos, peculado, falsedades y otros?

Entre los simulados, el más grande y reciente es el de Petrochina, se lo hace aparecer como venta anticipada de petróleo, cuando es un crédito de USD 1 000 millones, con intereses del 7,25% anual, pagadero y garantizado con petróleo en un volumen de casi cuatro veces al precio actual.

¿Por qué no lo registran como crédito?, porque históricamente las deudas del Ecuador han sido las que se llaman soberanas, a sola firma del Estado, sin garantía, y las diversas Constituciones han prohibido garantías específicas en las deudas del Estado.

El precedente es grave, cualquier otro prestamista va a querer un tratamiento similar al que se le da a Petrochina.

Entre los contratos de la corrupción, el mayor sigue siendo el del bloque 20 entre Petroecuador y la empresa Ivanhoe, de octubre de 2008, ahí están ilícitos y delitos, fraudes que serán hasta ‘sucesorios’, por estar programados para 30 años, en que los firmantes son oficiales de la Fuerza Naval. Lo de Raúl Carrión y Fabricio Correa son travesuras de guardería infantil en relación con ese contrato petrolero.

Menores y variados los procesos de adquisición de fármacos por el IESS, sobreprecios referenciales hasta el 133% de ofertas reales, cambio de textos, falsedades, que descubiertos se argumenta que son “errores de tipeo”.

Lo peor en la corrupción es la protección de la impunidad desde el poder, y esto se da cuando el Presidente se hace el que no sabe de los actos de corrupción de su gobierno.

No hay comentarios: